un pequeño pueblo olvidado en el mapa de algún geografo.
sus aguas, sus praderas verdes, y sus montañas le hacen dar ese toque de magia que se puede respirar en cada rincón de él.
un lugar para alejarse y protegerse de la tempestad, el lugar ideal para dejarse llevar por los sueños.
pasaer a la orilla de sus ríos una tarde de verano, escuchar una fría mañana invernal desde el calor de la cama como el viento hace que hablen los árboles. sentarse en aquella roca cerca de la montaña más alta, poder gritar, poder soñar, poder estar en tranquilidad tirada sobre la pradera más verde.
un lugar corriente, como todos, con sus costumbres, su gente y su historia, la diferencia, esque, mis costumbres, mi gente, mi historia está aquí, y allá a donde valla no olvidare de donde vengo.
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